La Batalla de Culloden
La Batalla de Culloden fue la última batalla que tuvo lugar sobre suelo Británico y fue librada por las tropas jacobitas, símbolo de resistencia y reivindicación, y los casacas rojas, el ejército del gobierno. Aunque poco se ha oído hablar de esta batalla fuera de las fronteras de la Gran Bretaña, la serie de televisión Outlander, basada en la Escocia del S.XVIII, nos ha acercado este acontecimiento histórico hasta nuestros días. El capítulo de la batalla en la segunda temporada fue el capítulo más visto y descargado en internet.
En este post, con carácter histórico, aprenderás, de manera detalla pero resumida, lo esencial sobre una de las épocas más importantes de la historia de este país y que concluye con la famosa Batalla de Culloden. Como si un capítulo de Juego de Tronos se tratara, aquí la explicamos por partes de manera cronológica para que no perdáis el hilo:
El orígen del conflicto
En 1688, Jacobo VII de Inglaterra y II de Escocia estaba gobernando en ambas naciones. La perspectiva de un heredero varón católico sucediendo al trono de Inglaterra unió a los muchos enemigos del Rey. Se ideó un complot para derrocarlo, y a los 6 meses del nacimiento de su hijo, en un golpe de estado sin derramamiento de sangre, el Rey Jacobo y la Reina María fueron obligados a huir a Francia, llevándose a su hijo con ellos. Para el día de Navidad, el príncipe Guillermo de Orange y su esposa María (la hija mayor de Jacobo VII y II con su primera reina) se habían trasladado al Palacio de St James. Aunque la dinastía Estuardo seguía gobernando, el exiliado Rey Jacobo se negó a aceptar su propio derrocamiento. El jacobitismo (del latín Jacobus) acababa de nacer. La lucha por el trono comenzó casi inmediatamente.
Desde entonces hasta 1746, año en el que tuvo lugar la Batalla de Culloden, hubo muchas batallas entre las cuales hay que destacar la primera victoria sobre el ejército gubernamental en Killiecrankie, en 1689. A pesar de la victoria, el general del ejército Jacobita ‘Bonnie Dundee’ murió y el ejército se quedó sin su carismático líder. Así, los jacobitas se vieron obligaron a retirarse. Tras esta victoria vino una serie de derrotas y eventos trágicos como La Masacre de Glencoe en 1692 (de la cual hablaremos en otra ocasión) o la Batalla de Glenshiel en 1719.
En 1744 es cuando aparece en escena Carlos Eduardo Estuardo conocido también como ‘Bonnie Prince Charlie’ o como el ‘joven pretendiente’. Éste estaba dispuesto a recuperar el trono de su abuelo para los Estuardo.
1745: Preparación de la batalla
El 23 de julio de 1745 Carlos pisó suelo británico procedente de Francia. Sin embargo, a penas tenia hombres o armas para poder luchar. No tardará mucho en reunir hombres suficientes en Glenfinnan para avanzar hacia Edimburgo y el país vecino. Tras haber recuperado la dinastía de los Estuardo en Escocia y tras la victoria sobre los ingleses en la Batalla de Prestonpans (muy cerca de Edimburgo), Carlos estaba ansioso por continuar hacía Inglaterra. Esta decisión no fue muy bien aceptada por el ejército Jacobita y que no lo veían necesario. Muy preocupante también fue que los escoceses no habían recibido inteligencia de que Francia estaba a punto de conquistar Inglaterra y que las tropas inglesas en Flandes estaban volviendo para reforzamiento. Fue por estas razones por las que el ejército Jacobita decidió darse la vuelta y volver a Escocia.
Una vez en Escocia, el alzamiento Jacobita seguía en pie y se dirigía hacia Inverness. Allí también se dirigieron los casacas rojas. Hasta este punto, los jacobitas no sólo estaban agotados de marchar a través de las nieves invernales, sino que también carecían de liderazgo. Carlos se había peleado con su general cuando éste le dijo que no se enfrentara a Cumberland (general inglés) en una batalla, sino que llevara a cabo una guerra de guerrillas en las montañas como lo había hecho Robert the Bruce cuatro siglos antes. Pero Carlos había dejado de escuchar. La batalla parecía inminente y el lugar escogido por Carlos para la batalla no fue el más ideal: el páramo pantanoso no era apropiado para los Highlanders ya que era plano y lodoso y por lo tanto no era útil para la Carga Highlander.
La batalla
Y así fue como en esa mañana del martes 15 de abril de 1746, menos de 6000 soldados jacobitas hambrientos y malhumorados se dirigieron hacia el sombrío y ventoso Páramo de Drumossie, en el territorio de Culloden. Y allí estaban, esperando a que el enemigo apareciera. Pero el enemigo nunca apareció. ¡Estaban celebrando el 25º cumpleaños de su general Cumberland!
Para el mediodía, Carlos sabía que no habría ninguna batalla en el páramo ese día. Así que decidió llevar la batalla a Cumberland. Convencido de que pillaría a Cumberland con la guardia baja por la fiesta, ordenó un atrevido ataque nocturno al campamento de los casacas rojas. Y así, el ejército jacobita salió del lugar y se dirigió a Nairn a 12 millas al este. Fue un gran error. Varias horas más tarde, el frío predicamento era obvio; todavía había más de dos millas de distancia del objetivo. Al darse cuenta de que el precioso elemento sorpresa se había perdido, Murray ordenó el “regreso”, y los jacobitas, ahora aún más exhaustos y hambrientos que antes, se dirigieron lentamente de vuelta a Culloden.
Los soldados apenas habían cociliado el sueño en aquellos húmedos terrenos de Culloden House cuando llegó la noticia de que el enemigo se acercaba. El sonido de las gaitas los despertó de su breve sueño y los jacobitas se prepararon para marchar hacia el páramo. Era el miércoles 16 de abril de 1746. La batalla de Culloden estaba a punto de comenzar.
Los Jacobitas se enfrentaban a un ejército de 6600 soldados preparados profesionalmente para luchar y con el armamento necesario. Los Jacobitas apenas contaban con moquetes o pistolas. Esto hizo que en los primeros 10 minutos de la batallas los escoceses perdieran 700 hombres.
Con la derrota mirándoles a la cara, y con la complicación añadida de los dragones (soldados a caballo) de Cumberland entrando ahora en la contienda, los restantes miembros de los clanes se dieron la vuelta y huyeron del campo de batalla. El Príncipe Carlos también decidió que era el momento de hacer una retirada apresurada. Después de menos de una hora, la última batalla campal en suelo británico había terminado.
El desenlace
Se estima que 1500 jacobitas murieron en el campo de batalla o mientras huían hacia Inverness. De los 3500 prisioneros, 120 fueron colgados, 600 murieron en cautiverio y 1000 fueron deportados. Poco más de 1000 fueron liberados posteriormente.
En cuanto a Bonnie Prince Charlie, después de dejar el campo de batalla, se dirigió al suroeste. Consiguió llegar a las Híbridas Exteriores donde conoció a Flora MacDonald. Esta mujer de 24 años le ayudó a falsificar documentos y un disfraz de asistenta. Desde ahí, Flora y su ‘doncella’ irlandesa fueron llevadas en barca a la Isla de Skye donde se despidieron y desde donde Carlos siguió su camino de fugitivo hasta ser rescatado por un barco francés en el Loch nam Uamh.
Pero las consecuencias de esta derrota no fueron solo todos esos escoceses que lucharon por su tierra. Tras la derrota vino el Acta de Prohibición que significó el final definitivo de la cultura e identidad de la gente de las Highlands. Las repercusiones de este Acta fueron:
- A todos aquellos jefes de clan que apoyaron al joven pretendiente les quitaron sus tierras.
- Se erradicó el sistema feudal escocés de clanes.
- Se declararon ilegales, y penadas con la muerte, las siguientes cosas:
- Hablar o escribir gaélico
- Tocar la gaita
- Llevar prendas con el tartán
- Ser de cualquier otra religión que no fuese el protestantismo
- Llevar espada
Estas leyes fueron finalmente derogadas el 1 de julio de 1782. Sin embargo, fueron varias generaciones las que vivieron sin las tradiciones escocesas lo que hizo que se perdieran en un buen porcentaje.
El Culloden de nuestros tiempos.
A día de hoy, Culloden es un pequeño pueblo situado solamente a 7 kms de la ciudad de Inverness. Alli, se levanta un memorial a todos los miembros de los diferentes clanes que dieron su vida por la causa jacobita. El memorial se encuentra justo en el lugar de la batalla, dentro del centro turístico que nos trae hasta día de hoy los recuerdos, momentos e información importantes de aquel capítulo de la historia. Se puede visitar diariamente y revivir el pasado caminando por el campo de batalla.
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