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LA INCREÍBLE HISTORIA DE LA PIEDRA DEL DESTINO

La piedra del destino

La leyenda cuenta que esta piedra ya aparece en el Génesis; Jacobo duerme sobre esta piedra y tiene un sueño en el que se le aparece una escalera hacia el cielo. Una vez despierta, decide llevarse esta piedra ‘reveladora’ en el exilio de los judíos hacia Egipto. De ahí pasará a Marruecos, Brigantia (Galicia) e Irlanda para más tarde llegar a la Isla de Iona, en Escocia. Es en el siglo IX, cuando Kenneth MacAlpin (rey de los pictos) decide trasladarla a la Abadía de Scone (lugar donde hoy en día se encuentra el Palacio de Scone) para protegerla de los vikingos. Desde ese momento, todos los reyes escoceses se coronarán sobre esta piedra.

Es en 1296, con motivo de las Guerras por la Independencia y tras la batalla de Dunbar, cuando el rey inglés Eduardo I decide llevársela a la Abadía de Westminster ya que según él no habrán más reyes escoceses porque Escocia va a estar bajo el dominio inglés. Además, una vez en Westminster, va a construir un trono con la piedra incorporada que va a ser utilizada también para las coronaciones de los reyes ingleses.

Saltamos ya a 1950, 654 años después de que Eduardo I arrebatara la piedra para los ingleses, cuando un estudiante de la Universidad de Glasgow, Ian Hamilton, se propone devolverle la piedra y el orgullo a sus compatriotas escoceses.

¿Porqué quiso este joven robar la piedra?

Esta piedra siempre había estado en su mente como un símbolo de la continua existencia de la nación escocesa. Es una piedra que forma parte de la historia de Escocia y que los ingleses les robaron. En 1328 se le prometió a Escocia, a través del Tratado de Northampton, que sería devuelta y esa promesa nunca se cumplió.

Ian Hamilton quería recuperar la identidad escocesa. Hasta los años 40 muchos escoceses se consideraban ingleses de segunda e incluso a Escocia se le llamaba la Bretaña del Norte. Lo único que él quería era darle a los escoceses un símbolo de su libertad.

El plan

Ian Hamilton acude al Rector de la Universidad de Glasgow y presidente de la ‘Scottish Covenant Association’ John MacCormick a quien le cuenta su idea de robar la piedra. Primero de todo, va a necesitar la ayuda de más gente ya que esta piedra pesa unos 150 kg. Su primer recluta va a ser Kay Matheson, una chica con los mismos ideales que él. Y el siguiente será Gavin Vernon. Una vez completado el equipo, el 22 de diciembre de 1950 es el día de partida hacia Londres. Ese mismo día, Gavin viene acompañado de Allan Stewart que se unirá a esta hazaña.

El plan de este grupo era el siguiente: el día de Nochebuena, Ian debía entrar a visitar la abadía 45 minutos antes de que cerrasen y esconderse en la Capilla del Confesor. Una vez dentro, debía desatornillar la puerta de la Capilla de Margarita que daba a las afueras de la abadía donde sus cómplices le esperarían. Una vez todos dentro, debían retirar la piedra de la silla y llevarla al coche que esperaba fuera.

El robo

Silla de la Coronación

El trono inglés. La silla de la Coronación.

Ian Hamilton consigue esconderse en la capilla. Sin embargo, una vez cerrada la abadía, el vigilante le descubre. Sin embargo, el ingenuo del guarda, pensó que la razón por la que estaba ahí era porque no tenía donde pasar la noche y simplemente le echa del edificio sin sospechar nada. Pero esto no es algo que va a frenar a este grupo. Lo van a intentar al día siguiente, noche de Navidad, aprovechando que todo el mundo estará festejando.

Lo van a hacer entrando de madrugada por una de las puertas laterales utilizando algunas herramientas. Una vez llegan a la Silla de la Coronación, van a extraer la piedra con la mala suerte de que se les parte en dos. Sin embargo, consiguen con éxito sacar la piedra de la abadía arrastrándola con la chaqueta de Ian Hamilton.

¿Qué ocurre después?

Kay parte hacia Escocia con el trozo pequeño e Ian y Allan se dirigen hacia el sur de Londres para esconderla ya que se temían que la policía inglesa pusiera controles con la frontera de Escocia. Deciden dejarla en un bosquecillo al lado de una carretera y volver a su Escocia querida. Cuando regresan se encuentran con una Escocia muy contenta y orgullosa de aquellos que habían recuperado ese símbolo que tanto representa a los escoceses. Sin embargo, hay algo en lo que estos jóvenes no han pensado. La piedra lleva más de 600 años sin estar expuesta al clima. Al ser invierno, la piedra puede absorber agua, que se congele y haga pedacitos las piedra. Es por esta razón, que deciden volver a los pocos días para recuperarla y traerla a Escocia. Justo cuando llegan al lugar, se encuentran con un campamento de gitanos que en ningún momento les cuestionan las razones por las que interrumpen en su campamento. Finalmente, agarran la piedra y se la llevan a Escocia donde la van a dejar en una fábrica a cargo de una persona de confianza.

¿Por qué la devuelven?

Tras tres meses, aunque estaban orgullosos de este momento histórico para Escocia, los escoceses no estaban contentos sin saber dónde estaba la piedra. Antes estaba en Londres pero sabían que estaba ahí. Ahora, sin embargo, no sabían dónde estaba y si la volverían a ver. Es por esta razón que Ian Hamilton decide devolverla ya que lo único que no quiere es tener a su pueblo en contra.

El lugar decidido para dejar la piedra es la Abadía de Arbroath. Este lugar no fue elegido a la ligera. Aquí, en 1320, es de donde se envía al Papa Juan XXII la Declaración de Arbroath para que se reconozca a Robert the Bruce como legítimo rey católico de Escocia y a Escocia como un país libre de la opresión inglesa. Aunque no será hasta 1328 cuando se reconocerá oficialmente a Escocia como Independiente.

¿Dónde se encuentra hoy en día?

Este año hace 700 años que la piedra fue robada por Eduardo I y fue en 1996 cuando John Mayor, inesperadamente, anunció el retorno de la piedra a Escocia. Actualmente, reside en el castillo de Edimburgo como ‘préstamo’ hasta la próxima coronación.

Ian Hamilton, no quedó nada contento con este ‘préstamo’ ya que sigue pensando que es algo que pertenece a la historia de Escocia.